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lunes, 24 de febrero de 2014

LA LUZ AMARGA

Hace ya algún tiempo, Andrés Ferrer realizó un excelente trabajo en la Azucarera del Jalón. Aquí os dejo la reseña que se envió a la prensa y alguna fotografía incluida en este magnífico trabajo.

"Os presento mi reciente libro: La luz amarga

En el publico mi último trabajo realizado a lo largo de este año.
La Azucarera del Jalón , tras los desaparecidos ingenios fabriles del Arrabal -Historia Ausente- y la Estación de Canfranc -Relatos Visuales-, es el escenario elegido para este nuevo proyecto, continuista -una vez más- de mi confusión voluntaria entre la vida y el arte.

Contiene 64 imágenes prologadas por textos de Daniel Canogar, Enrique Carbó y Javier Lacruz Navas, y a modo de epílogo, una selección de ocho artículos datados entre 1992 y 2010 causados por mis anteriores trabajos y firmados por A. Castro, M. Falces, J.L. Gallero, J.V. Monzó, J.J. Ordovás. J.L. Rodriguez, F. Romeo y F. Sanmartín

En esta narración visual, de obligado cumplimiento documental y  conceptuada desde lo luminoso- primigenio fundamental de la fotografía- he pretendido, desde la intencionada frialdad de los encuadres, invocar la presencia de los espíritus barthesianos e inocular en las imágenes, por mediación de ellos, el apreciado y codiciado “punctum”.

Según prologa Carbó: Cada imagen nos exige averiguar las razones del significante y por qué el fotógrafo se detuvo ahí. Confío en la veracidad del aserto descrito por el prologuista como garante de mi pensamiento a lo largo del proceso de factura de La luz amarga




  

La edición ha sido posible gracias al apoyo prestado por: Colección De Pictura, Fundación Caja Rural de Aragón, Grupo Milán, Intelec S.L. y Viñuelos S.L.



Zaragoza, 19 de diciembre de 2012"










lunes, 19 de diciembre de 2011

IF IT AIN´T BROKE, DON´T FIX IT

Bien, finalmente había llegado a este punto. No tenía ninguna intención de demoler los silos de estuchado. Desgraciadamente y contaminado por la burbuja ya había hecho lo propio con el antiguo cuartel de la Guardia Civil y no pensaba repetir el error. Además, no quiero ni imaginar el coste de demolición, su posterior traslado a un centro de transferencia, su clasificación por origen de material y su depósito en el vertedero.

Pero, ¿Que utilidad se le podría sacar a esta imponente estructura? ¿Realmente merece la pena conservarlo? Grandes superficies diáfanas, doble cerramiento en los muros, espectaculares estructuras de hormigón pero desgraciadamente a 37 km de Zaragoza, plaza ya de por sí bastante difícil y con una muy complicada salida comercial.

La mejor solución podía haber sido que el señor Google, el señor Facebook o el señor Cloud apareciesen por la puerta de mi despacho y me dijeran que necesitaban un espacio de 9.000 m2 para sus empleados, en plena naturaleza, sin ruidos, sin contaminación y con una estructura urbana alrededor para poder hacer un pequeño Silicon Valley en España. Obviamente, y como todos sabemos estos señores tendrán mejores opciones (equivocadas desde mi punto de vista, por supuesto) que venirse a Epila así que debía pasar al plan B.

"Yo si fuera tu, transformaría este edificio en unos lofts", Me comentó mi padre hace tres o cuatro años entre descojonado y serio. -Vaya chorradas dice mi padre de vez en cuando- pensaba para mi mismo ignorando su fantástica visión de futuro que demostró a lo largo de más de setenta años.

El tiempo iba pasando y yo mientras tanto preparaba el sector para su posterior transformación a urbano delimitado, intentando aumentar la densidad  por hectárea (estaba prevista en veinte viviendas) como planteamiento vital del desarrollo urbanístico del sector. En ese momento, tracé sobre el anteproyecto una parcela cuadrada alrededor de los edificios de estuchado y puse encima bien grande "TERCIARIO" para que el arquitecto interpretase perfectamente lo que quería decir el promotor (Tarea bastante ardua las más de las veces),

Lo cierto es que había salvado los dos edificios, pero no estaba muy convencido de su destino final, ¿Una residencia de ancianos? ¿Un colegio? ¿Unas oficinas? ...

Una noche que estaba desvelado y estando en Madrid celebrando la Navidad, baje al VIPS a ver que libros estaban en oferta.- En los VIPS se suelen encontrar auténticos chollos en fantásticos libros mono temáticos. En mi caso siempre voy buscando los de automóviles y los de arquitectura y urbanismo.- Así pues, encontré en la estantería un pequeño libro de tapas duras que ponía "Lofts" en el tomo. Además estaba rebajado de 30 €  a 9 € por lo que no podía perder la ocasión. 

Nada más subir a casa, retiré el plástico y en el cuarto o quinto capítulo encontré el Vapor Llull. Ahí estaba uno de los edificios, misma estructura pero con una chimenea más pequeña, ladrillo de peor calidad y cerchas de madera. De cualquier modo la esencia era la misma. 

Extraída de www.cirici-basso.es
Eso si, el Vapor Llull estaba en pleno distrito 22@ de Barcelona y con muchos padrinos. Hay un trabajo excelente en la red "Nuevos Usos Para El Patrimonio Difuso" donde aparece esta espectacular recuperación.  

El hecho de ver algo similar a lo que tenemos, me animó a seguir adelante y pensar que a lo mejor, el pensamiento de mi padre no iba tan desencaminado. 

El segundo aviso vino por parte de Elena, fantástica arquitecta, excelente profesional y mejor persona que me mando un link en un correo con una sola frase "Te gustará"


Una antigua azucarera reconvertida en un espectacular proyecto de diferentes lofts (También situada en el 22@ y encima muy cerca del mar)

Extraida de ww.loftsenbarcelona.com
De un modo u otro la idea empezaba a tomar forma en mi cabeza, y el único problema era el de siempre, ni estábamos en Barcelona, ni estábamos en Madrid. Estábamos en Zaragoza y alejados 37 kilómetros del centro. 

Finalmente, una soleada mañana que estaba enseñando la antigua azucarera a Javier, emprendedor, a Andrés, fotógrafo y a Elena, (buenos amigos todos ellos) Javier me dijo: "Arturo, aquí tienes dos cosas que no podrías dar ni en Barcelona, ni en Madrid: metros y precio"

Alea Jacta Est. La reconversión del edificio en grandes espacios no convencionales estaba decidida. 




martes, 13 de diciembre de 2011

LOS SILOS DE ESTUCHADO DE AZUCAR


En la década de los cincuenta surgió la necesidad de construir una nueva edificicación en la Azucarera del Jalón. Se trataba de un nuevo almacén capaz de almacenar en el menor espacio físico posible grandes palets de azucar estuchado de muchísimo peso. Además debía estar lo suficientemente cerca de la fábrica de producción de azucar como de la carga de los camiones de reparto. 


Así pues se decidió realizar un coloso de hormigón armado con dos cuerpos comunicados entre si por un puente central. En cada uno de los cuerpos se prepararon dos grandes cuerpos de comunicación en los forjados de cada planta para poder alojar un gran montacargas y escaleras de evacuación.

Entrada principal a la Azucarera con los dos cuerpos del edificio

Los edificios estaban anexados a cada uno de los cuerpos de la fábrica. Más tarde cuando se achatarraron las instalaciones y demolieron toda la construcción para conseguir todo el hierro posible, uno de estos cuerpos anexos se salvo constituyendo actualmente una magnífica nave de tres alturas con cerchas de hierro y cubierta inferior de madera.

Los cerramientos se hicieron en ladrillo caravista naranja de la época con entramados de pequeños ventanucos rectangulares prefabricados. Todas los paredes llevan cámara de aire y en su mayoría están perfectas condiciones. En su día se repusieron todos los cristales para mantener el edificio limpio de polvo y palomas pero por lo que se ve debe de ser un deporte autóctono acercarse por el lugar a ver quien rompe más cristales en menos tiempo.

Detalle de la fachada principal

Como he resaltado anteriormente, el conjunto constructivo se componía de dos grandes cuerpos. El edificio de la izquierda según se mira de frente es de planta rectangular y tiene cinco plantas. Las cinco plantas pueden llegar a tener incluso tres alturas diferentes. Las dos plantas inferiores están por debajo de los 2,50 m de altura. la planta intermedia por encima de los 3 metros y las plantas superiores por encima de los 2,75 m. Tiene instalado un montacargas de gran capacidad y parece que a día de hoy ha salvado toda su maquinaria. La planta del edificio es de unos 550 m2 aproximadamente.  

Parte trasera del edificio con frente adosado de la antigua fábrica
El edificio de la derecha es de mayor superficie y tiene una planta más. Está comunicado con el anterior por una pasarela cubierta de gran consistencia. Esta estructurado en forma de L y su superficie aproximada es de 820 m2 por planta. Se preparó en su día para montar dos montacargas aunque finalmente solo se montó unó y se aprovechó el otro hueco para instalar una escalera de madera todavía en uso. Al igual que el anterior, las dos primeras plantas tienen un aprovechamiento relativo ya que son de baja altura. En algunas zonas se suprime la planta intermedia por lo que la planta inferior gana el doble de altura como se puede ver en el porche y en los antiguos vestuarios. 

Añadir leyenda
Por último y como tercer cuerpo del conjunto, existe una nave adosada a este último edificio de tres alturas y 475 m2 de superficie por planta. A pesar de que la estructura sigue una geometría parecida a los dos edificios reseñados, sus paredes exteriores están funcionando de muros de carga. Como parte de la antigua fábrica azucarera estamos seguros que debajo del revoco de la época existe un tesoro en piedra y ladrillo que nos está esperando. La última planta de este espacio se configura totalmente diáfano con grandes cerchas de hierro y cubierta interior de madera. 

Vista lateral con pasarela de comunicación

Ahora que ya tenemos todos los mimbres, habrá que decidir por como y donde vamos a empezar a fabricar el cesto.